Desde el siglo xviii, con el francés Dupuis, apareció la teoría que Jesús no existió, que es un personaje mítico, o a lo más de novela.
Como diría el autor de la 1ra. Carta a los Corintios, cap. 15, verso 14: “y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen”. Pero la historia del cristianismo nos muestra que, a pesar de los excesos, abusos, discriminaciones, persecuciones, torturas, crímenes y hasta masacres--contra otros y entre ellos mismos--, por parte de los cristianos con gran poder político y económico, ha habido toda serie de aspectos positivos paralelamente. No solo el cristianismo realmente existente ha hecho grandes aportes en cualquiera de las artes creando maravillosas obras—de literatura, música, escultura, arquitectura, pintura, danza—sino también ha pregonado los grandes ideales de igualdad y búsqueda de la verdad y la justicia.
Así como siempre ha existido más de un cristianismo desde sus inicios –gnóstico, católico, arriano, ortodoxo, etc.—y en su desarrollo posterior-- cátaro, valdense, evangélico, adventista, testigos de Jehová, mormón, etc.--, en toda organización humana y, por ende, religiosa, hay matices que la muestran a veces retrógrada, y otras, progresista.
Recordemos que en el siglo xvi, casi inmediatamente después de la conquista española, con el uso de la espada y la cruz, de las culturas autóctonas del continente que llamaron América, se dio un debate sobre si los habitantes de estas tierras eran o no seres humanos. Unos, encabezados por el sacerdote católico, filósofo, jurista e historiador Juan Ginés de Sepúlveda, defendían la guerra contra los mal llamados indios, a quienes consideraba bárbaros y apenas humanos, en oposición a otros, liderados por el fraile dominico Bartolomé de las Casas, que defendían la idea de una colonización pacífica y denunció ante el rey español las crueldades que se hacían en nombre de Dios (¡pero a la vez estaba a favor de la esclavitud de los africanos!).
También recordemos en el pasado siglo xx la figura del pastor bautista Martin Luther King quien luchó hasta con su vida por los derechos civiles de los afro-estadounidenses.
Y así los miles y miles de hombres y mujeres que, siguiendo los preceptos del Jesús de los Evangelios (sean quienes sean sus autores) han ayudado a su prójimo en lo que han podido y con lo que han tenido (aparte de muchos de sus líderes, vividores y explotadores de la feligresía).
Así que, si Jesucristo no es sólo más que un cuento, las repercusiones de sus palabras y enseñanzas altruistas (perdón al enemigo, amor al prójimo) puestas en la práctica social en todas partes del mundo y expresadas maravillosamente en muchas de las grandes obras de arte han dado algo más de humanidad a nuestra especie.
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