20/1/25

Ser ateo no es suficiente

Manuel Abraham Paz y Miño, Lic. en Filosofía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), y M.A. en Ética Aplicada, Universidad de Linköping (LIU)

Correo-e: mapymc@yahoo.com


Desde la Ilustración la religión fue herida de gravedad especialmente en Europa, aunque no de muerte, como lo evidencia el reavivamiento religioso en los EE.UU. y los países anteriomente socialistas favorecedores del ateísmo, la filosofía materialista y la ciencia. Con todo, alrededor del mundo además de las mayorías creyentes fideístas encontramos tanto a gente religiosa que puede ser crítica de su propia fe como no religiosa que puede ser deísta, agnóstica o atea.
El deísta ya dejó de creer en la religión convencional pero cree en algún ser supremo creador del mundo aunque no interventor en él. El agnóstico puede ser indiferente al problema de Dios o simplemente renuncia a todo pronunciamiento sea a favor o en contra y con el tiempo quizá puede volverse o creyente o ateo. El ateo está seguro que no hay ningún dios pero puede tener más de una actitud frente a la religión. Puede haber ateos silenciosos o declarados.

Ateos encubiertos
Si los ateos son silenciosamente cautos con respecto a su incredulidad la encubrirán puesto que no querrán hacerse problemas con el resto de sus familiares o amigos creyentes. Incluso asistirán a ritos religiosos por causas familiares, amicales o profesionales participando cuales creyentes para así evitar ser segregados o peor aún ser rechazados y ganarse problemas en un medio social predominantemente religioso. Aunque piensan que no hay ningún dios y son indiferentes con respecto de las creencias religiosas, pueden ir a la iglesia no sólo para socializar sino también para participar de ceremonias como el bautismo, el matrimonio o el entierro de alguien, perpetuando, con su asistencia a los mismos, la creencia y dependencia en lo sobrenatural no comprobado. El problema con los ateos pasivos y clandestinos es que ellos están en complicidad con la religión con su silencio y participación en los rituales religiosos que perpetúan la creencia y dependencia en seres invisibles sobrenaturales. Por supuesto, al mismo tiempo en esa clase de situación pueden mantener sus trabajos (u obtener mejores), amigos y seres queridos que son más o menos creyentes como la mayoría de peruanos lo son. Hay ateos que quieren estar en el medio, así que dicen que son "agnósticos". Temen las represalias de la iglesia o ser boicoteados en los medios de comunicación o perder sus seguidores políticos, clientes, lectores o público.
Este tipo de ateos encubiertos incluso pueden tener padres, parientes cercanos o cónyuges quienes son practicantes religiosos y de esa manera no quieren estar en conflicto con sus seres queridos. Pero los conflictos son inevitables en matrimonios con miembros con dos puntos de vista diferentes de la vida. Los niños serán educados finalmente según una ética atea o moral religiosa. Aunque los esposos con visiones distintas pueden llegar a algún trato acerca de tan importante asunto como es la educación de los niños, uno de ellos puede ceder. Si el ateo cede, su ateísmo está condenado a muerte y será reemplazado por alguna religión. Por supuesto el ideal de los no creyentes, y los creyentes, es que sus cónyuges sean de su misma opinión para evitarles conflictos a sus hijos. Así, es muy importante que existan grupos o asociaciones de no creyentes en los dioses o las religiones en los cuales tanto los varones como las jóvenes se conozcan y dado el caso se formen parejas.

Ateos declarados
Por otro lado, los ateos activos se declaran abiertamente no creyentes en ningún dios o religión. Sus parientes y amigos saben su posición muy bien –así como los que le piden su opinión sobre la fe o limosnas para alguna caridad cristiana--. Tales infieles de la religión son sinceros respecto a su increencia en Dios y en cualquier religión y pueden ser respetuosos de las religiones y los creyentes, es decir, no se burlan de ellos ni mucho menos los insultan. Pero también puede haber ateos activos muy ácidos en sus críticas de las creencias religiosas llegando al punto de la intolerancia.

Ateos de derecha y de izquierda
Políticamente hay tanto ateos izquierdistas como derechistas en el Perú –y claro creyentes en ambos lados. Los primeros pueden ser marxistas o anarquistas, y los segundos pueden ser liberales o ultraliberales (esto es, mercantilistas). Los marxistas, por supuesto, han perdido número, prestigio y credibilidad en el Perú principalmente a causa de la guerra sangrienta entre el grupo maoísta derrotado "Sendero Luminoso" y el Estado peruano vencedor entre las décadas de 1980 y 1990, y ciertamente también a causa de la claudicación ideológica de muchos de ellos por la caída del Muro de Berlín y el fracaso del marxismo realmente existente en los llamados países socialistas. Debido a la gran pérdida entre los jóvenes de seguidores marxistas, los anarquistas han tenido cierto reavivamiento en los años últimos especialmente a través de algunas bandas de rock, reediciones populares de sus pensadores clásicos incluyendo al peruano Manuel González Prada y, por supuesto, algunos periódicos de diversos grupos pequeños de anarquistas peruanos.
Por supuesto que también hay un repunte de los movimientos nacionalistas e indigenistas y de los grupos liberales.

No es suficiente ser sólo ateo
Por eso no basta ser o declararse sólo ateo, esto es, un no creyente en los dioses o las religiones. Un ateo per se no es necesariamente una persona ética o decente –aunque manifestarse como tal en sí ya es un acto sincero, valiente y heroico en medio de una sociedad supersticiosa y atrasada. Por todo el mundo se puede encontrar tanto ateos egoístas o hipócritas e incluso racistas como ateos fraternales o sinceros y hasta filantrópicos. Ciertamente los ateos no creen en ningún dios pero algunos de ellos, sin mayor base racional y científica, pueden no ofrecer argumentos filosóficos o peor, pueden ser seguidores de la astrología o de alguna otra pseudociencia e incluso de supersticiones y afirmaciones paranormales.
Así sería mucho mejor si los ateos fueran también convencidos y practicantes de valores como la honestidad y el coraje, conocedores y favorecedores del conocimiento científico, y así cuestionadores de las creencias sobrenaturales, paranormales y no comprobadas. Y sería excelente que se agruparan y hagan oír su voz, si no la mayoría de ellos a través de los medios de comunicación convencional, a través de Internet publicando páginas web y bitácoras o blogs de opinión. Felizmente en el Perú ya hay varios grupos activos de ateos, humanistas y racionalistas que, aunque pequeños, están en crecimiento. Y de seguro aparecerán más ya que conforme hay más grupos fundamentalistas paralelamente aparecen los grupos que los cuestionan.

(Publicado originalmente el 26.01.2009 en: https://humanarazonperu.blogspot.com/2009/01/ser-ateo-no-es-suficiente.html?m=1)

16/5/20

¿Es porque soy ateo? Cinco cosas que no debes hacer en el Perú si no crees en ningún dios o en religión alguna



1.     DECIR A LOS CREYENTES PRACTICANTES QUE ERES ATEO
Si manifiestas tu incredulidad a tus parientes, amigos o vecinos creyentes practicantes, que no hay pocos en la población, ellos se ofenderán, cuestionarán y te acosarán por tu falta de fe: “los ateos no creen en nada, no tienen moral, son capaces de toda maldad”, “no existen los ateos verdaderos, tú crees en algo o alguien, ése es tu dios”, “cuando estés gravemente enfermo o cercano a la muerte creerás en dios”.

2.       MANIFESTAR TU ATEÍSMO EN EL TRABAJO
Es algo perjudicial decir que uno es ateo en el trabajo pues como los creyentes consideran como algo malo ser ateo, entonces no querrán a uno de ellos en sus empresas o negocios, pues les traerán supuestamente la mala fama y el desprestigio o, peor, ahuyentarán a sus indispensables clientes.

3.       DECIR QUE ERES ATEO SI ERES CANDIDATO POLÍTICO
Si alguien que va a candidatear a algún cargo político dice que no cree en dioses ni en religiones en su campaña, ciertamente perderá porque la mayoría creyente no votará por él o peor sus rivales políticos podrían atacarlo usando los argumentos falaces mencionados en el caso 1.

4.       COMETER ALGUNA FALTA O SUFRIR UNA DESGRACIA
Sabido es que la mayoría de delincuentes encarcelados es creyente, pero si un ateo conocido comete algún error, falta o incluso delito se le achacará eso debido a su falta de creencia en Dios. De forma parecida le dirán si sufre alguna tragedia: “Dios te está castigando por no creer en El”.

5.       MORIR ATEO SIN HABER DEJADO INSTRUCCIONES DE QUE NO TE CELEBREN UN FUNERAL RELIGIOSO
Si una persona que no cree en la existencia de seres sobrenaturales o una conciencia que sobreviva a la muerte del cuerpo, si no hace los arreglos correspondientes o si no pide explícitamente a sus dolientes seres queridos, mayormente creyentes, que no llamen a un cura y rodeen su ataúd con símbolos religiosos, ellos muy probablemente sí lo harán a pesar de saber de su incredulidad. Lo harán precisamente para “salvar su alma inmortal”.






7/12/19

Filosofía de la religión y la política




¿Qué es la religión? ¿Para qué sirve?
La religión, entendida como un conjunto de creencias en lo sobrenatural, lo divino y algún tipo de conciencia después de la muerte, le sirve a la gente de diferentes maneras pues tiene diversas funciones: ontológica: la religión nos da una visión de la realidad y la naturaleza; antropológica: nos dice qué somos, de dónde venimos y a dónde vamos; axiológica y ética: nos proporciona determinados valores y un conjunto de reglas morales para comportarnos en este mundo (y así ganar y no perder el otro); psicológica: nos otorga consuelo, resignación y fortaleza ante los avatares de la vida, el dolor, la injusticia y la muerte; social: nos permite sostener lazos fraternos y de cooperación mutua con los que comparten nuestra fe; escatológica: interpreta los sucesos sociales y naturales como yendo a un fin determinado por la Divinidad; y claro está, la religión tiene una función política: justifica el poderío de los gobernantes como mandato de la voluntad de divina, de esa manera, no los hay –sean reyes o presidentes-- sin que Él (o Ella) lo permita en su inescrutable y misteriosa voluntad.


El poder de la fe
El líder religioso podría justificar su búsqueda y obtención del poder político sobre la base de creerse, y hacer creer a los demás, que es representante o mediador de la Divinidad con los demás hombres, o en todo caso, presentarse como el escogido, el enviado, el profeta e incluso como hijo divino. En épocas pasadas tenemos los casos de los faraones egipcios y los incas creídos, por ellos y sus súbditos, so pena de muerte, hijos del dios sol Ra o Inti, respectivamente y así representantes máximos políticos y religiosos a la vez resultando en regímenes de gobierno teocráticos. Hasta 1946, año en que renunció a su condición divina el emperador Hirohito, los japoneses creían que descendía de la diosa Amaterasu. Y en el presente tenemos los casos de Ciudad del Vaticano, cuyo Jefe de Estado es a la vez el Papa, cabeza suprema de la Iglesia católica, o de Irán, cuyo Jefe Supremo es el Ayatolá o líder religioso chiita, una facción islámica.
En las monarquías antiguas y modernas la elección y la sucesión del rey era por simple descendencia o consanguinidad, con justificación religiosa de por medio. Por ej., leemos en la Biblia: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; ...” (Romanos 13: 1-2). Cosa semejante sucedió con la justificación de la esclavitud: “Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con sinceridad, tal como servirían a Cristo.  Traten de agradarlos todo el tiempo, no solo cuando ellos los observan. Como esclavos de Cristo, hagan la voluntad de Dios con todo el corazón. Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos, seamos esclavos o libres” (Efesios 6:5-8).
No obstante, en las formas democráticas contemporáneas y secularizadas de adquisición y sucesión del gobierno, donde muchas veces el poder económico y mediático intervienen de forma decisiva, algunos políticos pueden apelar a la religión con el fin, por ejemplo, de captar las simpatías de la población creyente mayoritaria y así obtener sus votos o su aprobación, asistiendo a servicios religiosos (misa o procesión), o acompañándose de sacerdotes en actividades oficiales. Además las autoridades elegidas en las ánforas o designadas por una superior, prestan juramento al cargo por Dios y poniendo su mano sobre su libro sagrado (como la Biblia); y los gobernantes de jure o de facto piden iluminación o piedad divina en sus discursos para la búsqueda de soluciones a graves crisis nacionales (por ejemplo, una hiperinflación económica o un estado de guerra) o justificando un golpe de Estado (como el recientísimo de Bolivia contra el presidente Evo Morales).



Separación del poder terrenal y divino
Para evitar justamente la manipulación ciudadana usando la religión, surge la idea del laicismo, de la separación entre el Estado y la Iglesia, donde el primero debe plantear y fundamentar en base a una razón secular sus políticas, pertenecientes a la esfera pública, con respecto especialmente a la educación y la salud de la población desde una visión neutra y un trato equitativo hacia todas las religiones puesto que no todos son de la misma fe (no todos son católico-romanos, evangélicos, creyentes en cualquier otra fe, ateos o agnósticos), quedando la creencia religiosa en el ámbito privado, personal y familiar.
Caso contrario, aparecen los abusos del poder con justificación divina (como los casos de persecución religiosa contra las minorías creyentes de un país, las torturas y las quemas en la hoguera de herejes o fieles en otras fes por la Santa Inquisición o las guerras y matanzas entre católicos y protestantes, hindúes y musulmanes, etc.).

11/12/18

Misión del papa en el Perú y futuro de la Iglesia


El papa Francisco llegó al Perú no solo donde hay una pugna entre conservadores y progresistas a nivel del alto clero, sino a un país donde muchos bautizados como católicos se han convertido a otras ramas del cristianismo, otras religiones o a ninguna, y que además el número de vocaciones sacerdotales ha disminuido notablemente. 
Queda en los años por venir que el catolicismo, como nos muestra su historia, se adapte a los tiempos, como en el caso de la evolución, y permita que las monjas hagan misa, que los curas se casen, y además, fundamentalmente, que filtre mucho mejor a los postulantes al sacerdocio para tratar de evitar que ya no haya más casos de pederastia.

Catolicismo y pedofilia


El abstenerse de toda relación sexual o ser célibe no es sinónimo de ser pederasta u homosexual. Hay casos reportados de abuso y violación de menores en diversas religiones e incluso en grupos seculares (boys scouts, escuelas deportivas,  reformatorios, etc.) y hasta dentro de las mismas familias. Estos casos pueden darse no sólo cuando los padres confían ciegamente a sus hijos a los sacerdotes o representantes de cualquier religión sino a cualquiera que tenga poder sobre los menores.
Ningún rezo, rito o penitencia aliviará el daño causado a niños indefensos. 
La sexualidad es una realidad y muy bien haría la Iglesia Católica si dejara de prohibir que se casen sus sacerdotes, que haya sacerdotisas y que sus fieles usen anticonceptivos artificiales, pues con la expresión saludable del sexo viene el goce de la vida y el respeto hacia los demás.
Así no sólo se evitarían, hasta cierto punto, los abusos de menores sino también que haya hijos no reconocidos, y, claro está, la doble moral de no pocos curas en todo el mundo.  

Cristianismo, S.A.


De acuerdo a los Evangelios, Jesús le respondió a un joven rico que además de respetar los mandamientos, para obtener la vida eterna, tenía que vender sus posesiones y entregar el dinero a los necesitados. 
También cuentan que Cristo no ganaba nada por sus enseñanzas y sanaciones, de modo distinto a los líderes de las muchas iglesias fundadas luego en su nombre, que se han autodenominado, y lo siguen haciendo, sus representantes, profetas, apóstoles, siervos, etc. 
Líderes que, según la historia, no solo han ganado gran poder económico y político sino que además tremendo control de las mentes de sus millones de seguidores alrededor del país y el mundo.

Procesiones del Señor de los Milagros de Octubre y libertad de tránsito



Por las procesiones del Señor de los Milagros en cada mes de octubre, hay desvíos y congestiones vehiculares, ocasionando pérdida de irrecuperable y costoso tiempo a los trabajadores –sean creyentes o no en la imagen--. 
Lo más sensato e inclusivo sería, respetando la libertad religiosa y de conciencia de todos, que las procesiones se cambien a fechas y horas no laborales para así no perjudicar a los ciudadanos que necesitan transitar por el centro de Lima para ir a su trabajo o regresar a su hogar. 
Podrían ser los fines de semana y alrededor, por ejemplo, del Campo de Marte o la Nunciatura Apostólica. Los tradicionalistas podrían argumentar en contra diciendo que las fechas conmemoran terremotos históricos. Pero recordemos que ha habido otros en otros mese.
Pero para lograr eso, las autoridades civiles tendrían que tomar la inciativa y ponerse de acuerdo con las eclesiásticas.

Ser ateo no es suficiente

Manuel Abraham Paz y Miño , Lic. en Filosofía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), y  M.A. en Ética Aplicada, Universidad de L...